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Iré con William Blake hasta el
Monte de Géminis, allí donde hombres y mujeres tienen dos cabezas y sólo se
ríe cuando ocurre algo triste, y hay dos soles y dos lunas.
Allí está tu alma.
Podemos reconocerla por un temblor amarillo.
Yo he visto el fantasma de una pulga, dirá Blake.
He visto a Dios vestido de blanco, he visto el funeral de un hada, su cuerpo
tendido sobre una hoja. Veré su alma.
Durante la espera, veré los soles del amanecer y voy a comprender que siempre
estarás en dos lugares. En uno de ellos quiero estar, diré a Blake. Y él
dirá: No, esos temblores amarillos son ustedes dos. Aquí estoy sólo yo.
Y nadie, en el Monte de Géminis sabrá si llorar o reír.
[Marcelo Pichón Riviere]
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