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Gatica muerto
Llenó el ring, cacheteando con holgura
a cuantos le buscaron el mamporro,
mostrando el tigre y escondiendo el zorro,
dura la mano y blanda la cintura.
Un día, lo encanó la mishiadura
(pavura por el lastre y el cotorro).
Baten que fue por culpa del atorro.
¿Para qué discutir? ¡No tiene cura!
Gatica se piantó, como Carlitos:
no hubiera estado bien que fuera abuelo
y sus nietos le dieran regalitos.
Después de todo, nos dejó el consuelo
de saber que en los cielos infinitos,
se faja con los ángeles del Cielo.
[Daniel Giribaldi, Sonetos Mugres, 1968]
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