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Le canto al dinero
El dinero es como el Buda, si no trabajas no lo obtienes.
Si detienes su fluir, desaparece.
Sólo es tuyo cuando está entre tus manos, pero esas manos no son tuyas.
Si lo sueltas deja de ser tu amo.
Eres esclavo de aquello que bautizas con tu nombre.
El dinero es de todos, pero pertenece a sí mismo.
El monje que medita es una llamarada.
El dinero da la luz a quien lo emplea para abrir la flor del mundo
y aniquila a quien se endiosa confundiendo la riqueza con el alma.
Porque el alma, esencialmente, es la pobreza.
Cuando menos se es, más se recibe a la existencia.
El sonido de las monedas es un lenguaje que todo el mundo entiende.
El sonido de una moneda que nadie agita muy pocos lo han oído.
Cuando las nubes se ocultan al sol no cesa el brillo del oro,
Así como bajo los huesos y la carne brilla con su propia luz el alma.
El dinero es como la sangre: da la vida y si circula.
El dinero es como el Cristo: te bendice si lo compartes.
El dinero es como la mujer: se te entrega si lo amas
Los ríos parecen que se alejan de la fuente
pero en realidad regresan al océano que es su madre. Hijo del sol,
el oro parece alejarse de nuestras manos pero es la luz que nos conduce.
Al cazador sagrado la presa lo persigue.
Debemos limpiarlo de la codicia que nos inspira la muerte
hasta dejarlo invisible como un diamante.
El monje ante el espejo no reconoce su reflejo.
El tigre sobre el que medita
es una fiera impersonal
porque yace dormido
Y sin embargo el Buda es producto de su sueño.
Todos los santos son la ilusión de una fiera.
No hay diferencia entre el dinero y la conciencia.
No hay diferencia entre la conciencia y la muerte.
No hay diferencia entre la muerte y la riqueza.
Para ser rico le doy un lanzazo a la Diosa y me baño en su sangre.
[Alejandro
Jodorowsky]
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