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[Edmond Jabès]
[El ídolo]
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Tu veilles dans tes yeux
Fraîcheur des lignes des barbelés
Place
Place
Place
Place
Place .
Place
La parole est au soleil levé sur la salive
Minuit
Le jour est au fond de la terre
Le jour est dans les narines du lièvre
Plage aux poils rasés patrie du cerf
L'aventure est une idole aux seins de sel
Folle idole
Baigneuses rieuses
Nous quêtons dans vos chants
Les aiguilles du cri acclament leur fil
Fière idole
Baigneuses englouties
Le ciel est couronné de chapelles d'iris
Place
Place
Place
Place
Place
Place La parole est aux doigts d'écume dans les temers bleus des récifs
Lac
Nous bâtissons sur les rives
La lumière crisse dans le cristal
Le buffie fend la colonne
Rouge idole
La douleur dénombre à chaque escale
Sûr silence Les morts mentent
Nous avons vu l'orage daller nos dômes d'affres
Nous avons vu les heures fourrage apprécié
Nous avons vu le poing prendre son souffle
Le poème est l'épave aux sources des assauts
La nature règne éternelle
Le poème est la laisse aux abords de l'antre
Place
Place Tu veilles dans tes yeux
Le fort est ta fortune
Nous ciselons pour la faim
Le passé passe la main
Tu écartes en marchant
[L'ecorce du monde dins de Le Seuil Le sable Poésies complètes 1943-1988 Gallimard 1993]
Vigilas en tus ojos los bambúes de las tinieblas Una lámpara para los demás los que te observan La sangre limpia los cristales de nuestras casas en ruinas Sombras pequeñas sigues a los muertos tras las huellas de nuestros pasos
Frescura de las alambradas Nos hacemos señas con las láminas de la rosa Los amantes enfrentan sus rostros Su voz puebla las ondas de ese país al tuyo entre los abismos de estrellas
Sitio al agua que duerme en el agua en el hueco de las manos al aire a sus sombreros demasiados amplios para nuestras cabezas a la arena a la hierba hermana pequeña de nuestros dedos de los pies
Sitio a las ovejas del viento remolcadas en los establos a las vacas sordas en los rellanos de granizo al zorro al perro ruidoso de los días y de las noches
Sitio al verbo ascendente verde de los edificios a las ventanas a sus ramas espesor del tiempo a la veleta colocada sobre ruedas de maullidos de gatito
Sitio a las sirenas del hálito a sus broches de azucenas a las cabelleras en los abetos del órgano al pan rosa de los hocicos de pez
Sitio a la torre inclinada de las pasiones de paja a la herrumbre de las esperas de los grandes veleros al mar en las ciudades colgadas de las campanas de Navidad
Sitio a la solemne encuesta de los escalones a la corriente florida
La palabra está al sol levantado sobre la saliva La palabra está en los treinta y dos candelabros de los besos
Medianoche en las simientes de luna
El día está en el fondo de la tierra en la bruma de las piedras en los sueños cenagosos de las ramas
El día está en las narices de la liebre Sus saltos son muñecas que se levantan
Playa de pelos afeitados patria del ciervo tu sexo que los buques atraviesan por oleadas escupe el deseo
La aventura es un ídolo de senos de sal Los marinos lo confunden con la sed
Loco ídolo el poema como tu seno no tiene ni principio ni fin
Bañistas risueñas Vuestros brazos serpientes ociosas Oléis a amor
Buscamos en vuestros cantos un lugar de nervios y de hojas un nombre para nuestras colinas
Las agujas del grito aclaman a su hilo Ciegas nacen por fin a la labor
Fiero ídolo el poema es tu vestido de cola de rocío de pálido corsé de cigarra
Bañistas engullidas emergemos de vuestro último pacto con el fuego
El cielo está coronado de capillas de azucenas de palpitantes altares de ibis
Sitio a las cornejas del sonido en el gaznate del roble a la tiza sobre los tejados leyendas para niños al sueño de las anclas negras en los dormitorios del océano
Sitio a los cercos de las paradas a sus sellos de cera al viejo parque lleno de risas en frutos a los recuerdos rejas centinelas de las horas
a las momias de los arcos en el surco gris de los puentes al polvo de los ríos de noche sobre las barcas tuertas a los pescadores inclinados sobre las raíces movientes de los mundos
Sitio a las correas de las islas mil hebillas de náufragos a los platillos del alba los rayos por caramillos a las burbujas de incendio a lo largo de los labios húmedos
Sitio a la encrucijada de las frentes El pensamiento hermosa paseante en la calle de las fuentes apoyadas en su lengua del vello de ámbar sobre el rostro asombrado de la mañana
Sitio Al cuadernillo de musgo sobre la roca altiva de nuestras servidumbres
La palabra está en los dedos de espuma en las madrigueras azules de los arrecifes La palabra está en el arco iris sobre el hombro desnudo de la montaña
Lago molino acostado En la punta del ala el trigo muele al trigo
Construimos sobre las orillas una promesa de vivir en las antorchas de lechuza
La luz crepita en el cristal paleta de pétalos de precipicio
El búfalo parte la columna Rojo ídolo escogemos como unidad de medida de nuestros vínculos los pliegues irritante s de tu aliento
Al cuello almidonado del faro anudas el hierro y el plomo t corbata de lunares de himnos
El dolor cuenta en cada escala a sus buitres Su librea toda de perlas
Seguro silencio El horror es para el clavo Los muros admiran Los muertos mienten
Hemos visto a la tormenta pavimentar nuestras cúpulas con angustias el domingo sobre los acantilados y a los sollozos engastar sus vidrieras en el vacío
Hemos visto a las horas forraje apreciado esparcir su almorta de cenizas sobre el verano a los tigres grabar sus patas en el calor
Hemos visto al puño recuperar su aliento y alcanzar las nubes ardilla vengadora Hemos visto a la madera atentar contra su arco
El poema es el pecio en las fuentes de los asaltos a los que se entregan los caminos
La naturaleza reina eterna en el corazón de las ciudadelas El búho lleva por collar la pesada llave de los magos
El poema es la cadena en los aledaños del antro del ídolo de los leones
Sitio al sonámbulo atrevido las álgebras comprometidas a la carrera de las cebras cortadas de su memoria a la flora liberada de los espejos pisoteados
Sitio a la incurable herida del sueño rojizo de los bosques Vigilas en tus ojos los boneteros de tu edad muchacha inspirada
Lo fuerte es tu fortuna que los siglos asedian envuelta en nuestras banderas
Cincelamos para el hambre un broche de antorchas de finas franjas de rayo
El pasado pasa la mano
Apartas al caminar tus pestañas frágiles barrotes ídolo con eco de gestos fallidos
[El umbral La arena. Poesías completas 1943-1988 Traducció de Julia Escobar Moreno. Ellago Ediciones. Castelló]
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