A Sergio Villaverde

¿Qué se hizo del niño campeón del deletreo
-spelling-
de Toronto, Ontario, Quebec, del San Lorenzo
y su estuario, que regresó a Montevideo
luciendo una t-shirt con el rostro de Roy Rogers,
sonriente y rubio,
montado en su caballo Tigre (para nosotros, Tigre)
sonriente y rubio Roy,
ahora cuadripléjico, botado por su corcel,
en el estercolero inaudito del sur de Canadá,
cuando dejó de ser lo que era o lo que había sido
y comenzó a ser, sólo, solamente,
el sur de Canadá,
(lo discutimos todavía, una y otra vez)
y así como el rey del deletreo
ha regresado, el otro rey, el del sur de Canadá,
podrá seguir rodando filmes de Roy Rogers,
envuelto en la bruma resinosa de los maples
de Canadá,
tan enhiesto y soplado como la cabaña
de Práctico, el cerdito?

[Álvaro Ojeda]