Coraje
Dejar gritar los silencios
con los sueños que se sueñan
y sustraerse de las garras
si el tigre es la ferocidad.
Descorrer los velos
si las algas son plagas deteniendo los arrecifes de coral,
también la locura y el sufrimiento
pueden ser telarañas inconsistentes.
Algo aguarda después,
como un ojo abriéndose en el coraje del pensamiento.
Esa fuerza anida en las manos de su
sombra.
Δ
Hay sol
y es preciso interrogar al tedio
saber de las escarchas y conocer palmo a palmo la intemperie
para ver lo que detrás, debajo, adentro, todavía,
hace al origen.
Eso que de la oquedad es manación
un destilar
un escuchar murmullos con la intensidad del viento
sobre la planicie.
Lo igual, lo semejante,
lo diferente.
Tus ojos azules restituyen las indagaciones de la tarde
como los fresnos averiguan sus brotes
en las proximidades de las raíces
o a la sombra de sus copas
y nuevos sentidos surgen como ordenamientos genuinos de las cosas.
Hay sol
y de noche hay una multitud de seres
desacompasados y simultáneos
silenciosos y fugaces
pero fuertes,
lo suficientemente fuertes
para sentirlos con la contundencia de un aroma que persistió al recuerdo.
Lo igual no es lo semejante
lo semejante también nos diferencia
y lo diferente puede ser un salto para abordar el júbilo.
Lo demás son letras que escribimos para albergar fantasmas,
tigres que pasean con miradas tímidas
mientras lo sagrado anida en el cofre del luminoso silencio.
Δ |