|
Esta
noche he cerrado los ojos y al soñar he visto tu imagen.
Esperas por mi en el lecho de amor como la noche espera
por el día. En tus ojos veo una mezcla de lujuria y
ternura. Cuando logro mirar más adentro en la
profundidad de tus lindas pupilas, veo mi propia
felicidad.
Esta noche he cerrado los ojos y he mirado al sol
fijamente, sin quitarle la vista, con la cabeza erguida
como un tigre presto a atacar. He peleado con él por
tener la dicha de iluminar tu vida, he luchado con él
pues le envidio la ventura de ser el centro de las
nuestras. Es que solo anhelo ser el sol de tu corazón,
ser el núcleo de tu alma.
Quizás este pidiendo demasiado, acaso sea avaro del
amor. Mas ¿Qué importa la vida sin pasiones?
¿Pudiera acaso el hombre vivir solo de esperanzas? ¿De
los sueños?
A veces en la vida es difícil dar un paso adelante,
tememos caer en el abismo del fracaso y no poder escalar
nuevamente a la salida. Nos aferramos con todas nuestras
fuerzas a lo cotidiano, solo por el echo de serlo aunque
esto no nos lleve precisamente a la felicidad. Así
evitamos algo que nos gusta, que sabemos que nos llena,
pero que tiene el defecto de ser una incógnita, un
terreno inexplorado. Así aplazamos cada vez más este
paso mirando solo a un metro de distancia, dudando si a
dos esta el abismo o la luz.
Esta noche he cerrado los ojos y te he visto dudar.
Esta noche he cerrado los ojos y te he amado con toda mi
alma, Ya es de día y me he puesto a pensar. Me di cuenta
que el tiempo camina y aún no sé lo que pueda pasar.
[Roberto
Carlos Veloso]
|
|