Si no me tiene
Aquella que sale de sus catacumbas
Y surge más vistosa que el diablo
Temeraria y solar como un tigre
Por entre las filas del dolor
Padece a solas en la calle
Sin poder beber el agua envenenada
De mi extraño manantial
Si no me tiene
Aquella se abandona
En el nido de la alondra
O en el alféizar
Donde di mi vida a las tinieblas
A veces la veo incandescente
Regalando el celo de su corazón centinela
Por mendrugos del pan de mi lengua
Aquella vigía de mi canto
Es la aurora de mi lecho
El límite de mi tacto sediento
En la penumbra
Aquella vigía que devoró
Mi corona de espinas
Sembró con mi mala simiente
Esa amarga rosa de piedra
Detrás de su purísimo seno
A su entraña como a la tierra
Me entrego sin pan, sin alimento
Y en su oscuro arroyo bebo
Ya el turbio veneno
Ya la plenitud del sustento.
[Juan
Sebastián Cárdenas, Los versos egoístas]
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