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Si pudiera regresar del sol con una cesta de
membrillos. Nombrarte una vez más entre mis cartas rotas, entregarme a tu piel
como a una luz oscura. Si me hablaras de Freud y me besaras dulce en el talón de
Aquiles. Si pudieras, tan sólo este domingo, vigilar mi caña junto al río y
recoger los peces. Si al encender el móvil por las noches me contaran que
existes más allá de mí.
Si pudiera envolverme en tus deseos como los pájaros pequeños en el barro. Si
pudiera plantar un pensamiento alegre en el rosal del sexo y escarbar con la
boca en la raíz de la palabra orgasmo. Si pudiera ser pasto y precio de tus
lágrimas y llorarlas contigo sobre las adelfas. Si me olvidara un verso en el
renglón del aire. Si pudiera bañarme en tu saliva después de cada enfado. Si tus
palabras crudas no amargaran tanto. Si el corazón del buey que hizo los surcos
en tu vientre no hubiera existido. Si la misión del hombre fuera emborracharse.
Si la palabra mundo no significara tanto. Si pudiera salvarte con un muerdo.
Renovar tu carné después del baño. Si tus ojos me hicieran una seña absurda para
hablar contigo. Para hacerte cosquillas. Para amarte dos horas.
Si pudiera recordar tus pechos con sabor a verano y robarles bocados a
escondidas a la hora del miedo. Si pudiera deshojar tus dudas y tus ojos. Si
cuando acabe el mundo y juzguen nuestras vidas y nos condenen uno a uno a
escribir los fallos en la piel del otro pudiera regalarte una oración prohibida.
Si pudiera quemarme entre tus labios húmedos y rojos. Si al abrir el poema como
un higo maduro me encontrara a la muerte por sorpresa y tuviera tus ojos.
Si vivir solo fuera una excusa cualquiera para no conocerte. Si al jugar con tu
risa, como juegan las viejos, se me olvidan los nombres de las cosas más tontas
y pudiera nombrarlas nuevamente, a mi modo. Si defender al hombre de los hombres
fuera el principal de los oficios y me sobraran fuerzas para hacerlo. Si una
noche cualquiera, a bocajarro, me tirara a tus muslos como un tigre que se lame
las patas. si pudiera tenerte y no tenerte, fluctuar en tus sueños, desovar en
tu boca, encender tu recuerdo en lo más alto. Si pudiera soñarte y anunciarlo en
la prensa y orear tu pasado a la sombra del tiempo. Si al volver de la compra me
cogieras la mano y acertaras la letra que se esconde en mi puño. Si al tapar las
goteras de las nubes más viejas me encontrara algún sueño con olor a pregunta.
Si encontrara la aguja que perdiste en tus ojos y lloviera una noche sin temor a
mojarnos. Si pudiera ser fruto que se niega a ser visto y llenara tu boca de
sabores extraños. Si pudiera este lunes. Si pudiera
[Raúl
Vacas] |
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