Yo no miro el oro de los
tigres sino las palabras / tigres que nos devoran así
como el jardín sin los senderos nos identifican nos
ignoran no el mundo de Morel al alimón con Bioy Casares
tu otro yo en sus alucinaciones
Tampoco es como
piensan tus biógrafos críticos ramplones sin imaginación
creativa que la mirada interior (- que - la - mira - da -
al - interior) el laberinto de los ojos con su Teseo el
podium de los pinochetes con el laurel y la lira la
biblioteca infinita del ratón que se muerde la cola y roe
todos los folios de lo alarmantemente maravilloso
¡Claro que no!
Simplemente este abismo
abismándose más para doblar la esquina y saber lo que hay
que saber que esto no es Buenos Aires ni Ginebra (ni
siquiera ron) sino tigres / palabras que se evaporan y que
reescribimos infinitamente como el ciego en una playa antes
de la batalla o el cantor perseguido esquivando la
luz cuando escupe estos pergaminos amarillentos sin
importar el fuego ni las migajas azules del tiempo
Γ
Oda a los heterónimos de Lisboa
Hoy
amanecí en la bocanada de algún ángel terrible
Borroso como el aguafuerte de niebla en oporto
Embobado como quien pensó halló y olvidó
Casi como aquél drama en gente sentado en su silla
Conversando con los otros que lo miran sin mirarse
En el espejo de la sangre que asciende por los muros
Así desenfundado en otros cuerpos y pesadumbres
Echado de la cama por su mujer porque apesta a alcohol
Vagamente desdibujado en la tinta de los hoteles
Donde apenas es tolerado por la gerencia
Por ser célebremente desconocido aún
En el aserrín de las cantinas y en el estropajo de los baños
Duchamp baja las escaleras y escupe mientas se masturba
Modigliani se queda dormido en la calle del tiempo
Breton apenas sueña con estas bestias que vislumbro
Apocalipsis verdadero haciendo agua en mi cabeza
Caos de ciudad desdoblado en toda posibilidad cubista o expresionista
Que ningún Joyce podría celebrar con artes de birlibirloque
En ningún Dublín para adolescentes que puedan negar y negar da da
como el gallo ante la imagen grafiteada de Jesucristo Superestrella
Ido como la víctima frente a tremenda boa
O Ezra en su Cantos de ideogramas y lenguas muertas
Por favor señor Borges no se asombre
Escribir no es como las pieles de los tigres
Disecadas en los amplios paneles de su biblioteca
Es vagar por la selva en compañía del viejo Hemingway
Y del Sargento Pimienta con sus batallones de alcaloides
No ya como símbolos malditos made in Baudelaire o Rimbaud
Sino perseguido por fieras reales o kaibiles caza guerrilleros
En la trampa más dúctil de la venganza y la desmemoria
Por eso me acomodo nuevamente en la silla
Pido una
ronda para todos y brindo por quienes han sido y serán
Y se quedan alrededor de la mesa en una sola Pessoa
Γ
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