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They enter as animals from the outer
Space of holly where spikes
Are not the thoughts I turn on, like a Yogi,
But greenness, darkness so pure
They freeze and are.
O god, I am not like you
In your vacuous black,
Stars stuck allover, bright stupid confetti.
Eternity bores me,
I never wanted it.
What I love is
The piston in motion-
My soul dies before it.
And the hooves of the horses,
Their merciless churn.
And you, great Stasis-
Waht is go great in that!
Is it a tiger this year, this roar at the door?
Is it a Christus,
The awful
God-bit in him
Dyings to fly and be done with it?
The blood berries are themselves, they are very still.
The hooves will not have
it,
In blue distance the pistons hiss.
Δ
Años
Van entrando como
animales procedentes del espacio
exterior del acebo
donde las espinas
no son los pensamientos que
sintonizo, como un yogui,
sino verdor, oscuridad tan
pura,
que se hielan y son.
Oh Dios, yo no soy como
tú
en tu vacua negrura,
con estrellas por todas
partes, brillante y estúpido confeti.
La eternidad me
aburre,
nunca la he deseado.
Lo que me gusta es
el
pistón en movimiento:
ante él se me muere el alma.
Y los cascos de los caballos,
su batir despiadado.
Y
tú, Estais enorme...
¿Qué es lo que tiene de enorme
el asunto?
¿Es un tigre este año, este rugido a la
puerta?
¿Es un Christus
con su terrible
pizca de
Dios
muriéndose por volar y acabar de una vez?
Las
bayas de sangre son ellas mismas, están muy quietas.
No lo tolerarán los cascos:
a distancia de azul los
pistones sisean.
[Traducció
de Ramon Buenaventura]
Δ
Anni
Entrano come animali dall'esteriore
Spazio dell'agrifoglio dovele punte
Non sono i pensieri cui volgo, come un Yogi,
Ma verdezza, buiezza, talmente pure
Sí congelano e sono
Dio, io non sono come te
Nel tuo nero di vuoto,
Tutto inzeppato di stelle, lucenti stolti confetti.
L'esternità mi annoia,
Mai l'ho desiderata.
Quel che mi piace è
Lo stantuffo in movimento -
L'anima mia n emuore.
E gli zoccoli dei cavalli,
Il loro spietato fermento.
E tu, grande Stasi -
Cosa è in ciò di tanto grande!
È una tigre, quest'anno, questo ruggito alla porta?
È un Cristo,
Il tremendo
Boccone in essa di Dio
Che muore dalla voglia di volare e finirla?
Sono se stesse le bacche rosso sangue, impassibili.
Gli zoccoli non lo acchiapperanno,
Sbuffano gli stantuffi nell'azuurra distanza.
[Traducció
de Giovanni Giudici]
Δ
Anys
Entren com animals des de l'espai
extern de grevol on les punxes
no són els pensaments que em ronden, com un iogui,
sinó verdor, una foscor tan pura
que es glacen per sempre.
Oh Déu, jo no sóc com tu
dins la teva negra buidor
clapissada d'estrelles, confetti brillant i sobrer.
L 'eternitat em fastigueja,
no l'he volguda mai.
El que m'agrada
és el pistó en marxa;
l'anima em defalleix al seu davant.
I els cascs dels cavalls,
aquest trepig despietat.
I tu, gran Estasi,
què hi ha tan gran en això?
És un tigre, aquest any, el rugit a la porta?
¿És un Christus,
amb la terrible
queixalada de Déu,
morint per envolar-se i acabar d'un cop?
Les baies de sang són elles mateixes, del tot immòbils.
Els cavalls no l'atraparan,
brunzen els pistons dins la blava llunyania.
[Traducció
de Montserrat Abelló i Mireia Mur]
Δ
Lesbos
Viciousness in the kitchen!
The potatoes hiss.
It is all Hollywood, windowless,
The fluoresvent light wincing on and off like a terrible
migraine,
Coy paper strips for doors...
Stage curtains, a widow's frizz.
And I, love, am a pathological liar,
And my child -look at her, face down on the floor,
Little unstrung puppet, kicking to disappear-
Why she is a schizophrenic,
Her face red and white, a panic,
You have stuck her kittens outside your window
In a sort of cement well
Where they crap and puke and cry and she can't hear.
You say you can't stand her,
The bastard's a girl.
You who have blown your tubes like a bad radio
Clear of voices and history, the staticky
Noise of the new.
You say I should drown the kittens. Their smell!
You say I should drown my girl.
She'll cut her throat at ten if she's mad at two.
The bay smiles, fat snail,
From the polished lozenges of orange linoleum.
You could it him. He's a boy.
You say your husband ist just no good to you.
His Jew-Mama guards his sweet sex like a pearl.
You have one baby, I have two.
I should sit on a rock off Cornwall and comb my hair.
I should wear tiger pants, I should have an affaire.
We should meet in another life, we should meet in
air,
Me and you.
Meanwhile there's a stink of fat and
baby crap.
I'm doped and thick from my last sleeping pill.
The smog of cooking, the smog of hell,
Floats our heads, two venomous opposites,
Our bones, our hair.
I call you Orphan, orphan. You are ill.
The sun gives you ulcers, the wind gives you T.B.
Once you were beautiful.
In New York, in Hollywood, the men said: "Through?
Gee baby, you are rare",You acted, acted, acted for
the thrill.
The impotent husband slumps out for a coffee.
I try to keep him in,
An old pole for the lightning,
The acid baths, the skyfuls off you.
He lumps it down the plastic cobbed hill,
Flogged trolley. The sparks are blue.
The blue sparks spill,
Splitting like quartz into a million bits.
O jewel! O valuable!
That night the moon
Dragged its blood bag, sick
Animal
Up over the harbor lights.
And then grew normal,
Hard and apart and white.
The scal-sheen on the sand scared me to death.
We kept picking up handfuls, loving it,
Working it like dough, a mulatto body,
The silk grits.
A dog picked up your doggy husband. He went on.
Now I am silent, hate
Up to my neck,
Thick, thick.
I do not speak.
I am packing the hard potatoes like good clothes,
I am packing the babies,
I am packing the sick cats.
O vase of acid,
It is love you are full of. You know who you hate.
He is hugging his ball and chain down by the gate
That opens to the sea
Where it drives in, white and black,
Then spews it back.
Every day you fill him with soul-stuff, like a pitcher.
You are so eshausted.
Your voice my ear-ring.
Flapping and sucking, blood-loving bat.
That ist that. That ist that.
You peer from the door,
Sad hag. "Every woman's a whore.
I can't communicate".
I see your cute decor
Close an anemone, that sea
Sweetheart, that kleptomaniac.
I am still raw.
I say I may be back.
You know what lies are for.
Even in your Zen heaven we shan't meet.
Δ
Lesbos
¡Depravación en la
cocina!
Chistan las patatas.
Todo es muy Hollywood,
sin ventanas,
con la luz fluorescente pestañeando como
una jaqueca terrible,
modosas tiras de papel a guisa de
puertas...
Telones d teatro, bucle de viuda.
Y yo,
querida, soy una embustera patológica,
y mi niña
-mírala, boca abajo, en el suelo,
como una marioneta
sin hilos, pataleando para desparecer...
Esquizofrénica perdida,
con la carne roja y blanca, un
verdadero susto,
tú sacaste sus gatitos por la
ventana,
a una especie de pozo de cemento,
donde
cagan y vomitan y chillan sin que ella los oiga.
Dices
que no la puedes soportar,
la hija de puta es una
niña.
Te has fundido las lámparas como una mala radio
limpia de voces y de historia, el estático
ruido de
lo nuevo.
Dices que debería ahogar a los gatitos.
¡Cómo apestan!
Dices que debería ahogar a mi niña.
Si a los dos años ya está loca, a los diez se
rebanará el cuello.
El niño sonríe, caracol gordo,
desde los pulidos losanges del linóleo color naranja.
Te lo comerías. Es un chico.
Dices que tu marido no te
vale para nada.
Su judía mamá le guarda el encantador
sexo como una perla.
Tú tienes un niño, yo tengo dos.
Debería sentarme en una roca frente a la costa de
Cornualles, y peinarme el cabello.
Debería llevar
pantalones de tigre, debería liarme con alguien.
Deberíamos encontrarnos en otra vida, encontrarnos en
aire,
tú y yo.
Mientras tanto, huele a grasa y a
cagada de niño.
Estoy amodorrada y torpe por culpa de
la última píldora para dormir.
El humazo de la
cocina, el humazo del infierno,
inunda nuestras
cabezas, dos venenosos opuestos,
nuestros huesos,
nuestros cabellos.
Te llamo la Huérfana, huérfana.
Estás enferma.
Al sol te salen úlceras, y el viento
te pone tuberculosa.
Fuiste bella una vez.
En Nueva
York, en Hollywood, los hombres decían. "¿Ya has
acabado?
Vaya, chica, eres un fenómeno".
Tú
fingías, fingías, por el gusto de hacerlo.
El marido
impotente renquea hacia la calle en busca de un café.
Yo trato de que no se vaya,
vieja estaca que atraiga
los rayos,
los baños de ácido, los cielos que se te
desploman.
Se lo traga todo mientras desciende por la
colina empedrada de plástico,
vapuleado carromato. Las
chispas son azules.
Las chispas azules se desparraman,
escindiéndose como cuarzo en millones de trozos.
¡Oh joya! ¡Oh objeto precioso!
Esa noche, la luna
llevaba a rastras su saco de sangre, enfermo
animal,
por encima de las luces del puerto.
Y luego se
normalizó,
dura y distante y blanca.
El escamoso
lustre de la arena me daba un miedo mortal.
Nos
entretuvimos en cogerla a puñados, amándola,
amasándola, cuerpo mulato,
sémola de seda.
Un perro
recogió a tu perrudo marido. Pasó de largo.
Ahora
estoy callada, con el odio
hasta la barbilla,
espeso,
espeso.
No hablo.
Estoy empaquetando las duras
patatas como su fueran ropa de vestir,
estoy
empaquetando a los niños,
estoy empaquetando a los
gatos enfermos.
Oh recipiente de ácido,
es de amor
de lo que estás llena. sabes a quién odias.
Él está
abrazado a su bola y a su cadena, allá abajo, en el
portal
que da al mar
en el punto en que se mete,
blanco y negro,
para escupirse luego.
Tú lo rellenas
todos los días de material anímico, como un
jarro.
Estás cansada.
Tu voz es un pendiente en mi oreja,
que aletea y que chupa, como un murciélago sanguinario.
Eso es. Ya está bien.
Fisgas desde la puerta,
triste bruja. "Todas las mujeres son unas putas.
No logro comunicar con nadie".
Veo tu ambiente
tan bien descompuesto
cerrarse sobre ti como el
puño de un niño
o una anémona, esa novia
del mar,
esa cleptómana.
Yo todavía estoy cruda.
Digo que
quizá vuelva.
Ya sabes para qué sirven las mentiras.
No hemos de encontrarnos ni en tu cielo Zen.
[Traducció de Ramon Buenaventura]
Δ
Lesbos
¡Crueldad en la cocina!
Las patatas protestan silbando.
Todo es muy vulgar e indecente, este lugar sin ventanas,
La luz fluorescente, encendiéndose y apagándose en una mueca de dolor,
Como una terrible jaqueca,
Estas modestas tiras de papel a modo de puertas-
Telones de teatro, rizos de viuda.
Y yo, cariño, soy una embustera patológica,
Y mi hija –mírala, tumbada bocabajo en el suelo,
Una marionetilla sin hilos, pataleando desesperada por desaparecer,
Porque es una esquizofrénica,
Da miedo verla así, con la cara roja y blanca.
Y todo porque arrojaste sus gatitos por la ventana
A una especie de pozo de cemento
Donde cagan, vomitan y gimotean, y ella no los puede oír.
Dices que no la soportas,
Claro, la cabrona es una niña.
Tu, a quien se le han fundido las lámparas, como a una radio barata,
Limpia ya de voces y de historia, del ruido
Electroestático de lo novedoso.
Dices que debería ahogar a los gatitos, porque ¡apestan!
Dices que debería ahogar a la niña,
Pues, si a los dos años ya está así de loca, a los diez se cortará el
cuello.
El bebé, en cambio, ese caracol rechoncho, sonríe
Desde los pulidos rombos de linóleo anaranjado.
Te lo comerías. Claro: él es un niño.
Dices que tu marido no es bueno contigo.
Su mamá judía le guarda su dulce sexo como si fuera una perla.
Tú tienes un solo hijo, yo dos. Debería sentarme en una roca
Allá en Cornwall y dedicarme a peinarme el cabello.
Debería llevar pantalones de piel de tigre y liarme con alguien.
Los dos, sí, deberíamos reencontrarnos en otra vida,
Reencontrarnos en el aire.
Tú y yo.
Entretanto, la cocina hiede a grasa y a cagada de bebé.
Me siento atontada y lenta por culpa del somnífero de ayer.
La humareda de la cocina, la humareda del infierno
Flota sobre nuestras cabezas, dos oponentes ponzoñosas,
Nuestros huesos, nuestros cabellos.
Yo te llamo Huérfana, huérfana. Estás enferma.
El sol te produce úlceras, el viento, tuberculosis.
Una vez fuiste hermosa.
En New York, en Hollywood, los hombres decían: "¿Llegaste?
Guau, nena, pues sí que eres especial."
Pero tú fingías, fingías, fingías por puro placer.
El marido impotente se escabulle penosamente fuera, en busca de un
café.
Yo intento retenerlo,
Esa vieja vara que aguanta los rayos,
Los baños de ácido, los cúmulos que surgen de ti.
Al fin se larga bajando la colina empedrada de plástico,
Tranvía apaleado,
Desparramando chispas azules
Que se fragmentan como el cuarzo en millones de astillas.
Oh, joya. Oh, objeto valioso.
Esa noche, la luna
Arrastraba su bolsa de sangre, como un enfermo
Animal,
Por encima de las luces del puerto.
Y de pronto volvió a ser ella,
Dura, distante, blanca.
Su brillo de hojuela, reflejado en la arena, me daba un miedo de
muerte.
Nos entretuvimos cogiendo puñados de ella, amándola,
Amasándola como si fuese pasta, el cuerpo de un mulato,
Gravilla sedosa.
Un perro husmeó y se quedó mirando a tu perruno marido.
Y así continuaron por un buen rato.
Ahora estoy aquí callada, inmersa
Hasta el cuello en mi odio.
Un odio denso, denso.
No hablo.
Estoy empaquetando las patatas duras como si fueran ropa buena,
Empaquetando a los niños,
Empaquetando los gatos enfermos.
Oh, jarra de ácido, pero si es de amor
De lo que estás llena. Tú bien sabes a quién odias.
Ahora él está abrazado a su bola de prisionero ahí abajo,
Junto a la puerta de la verja que da al mar,
Justo donde éste se adentra, blanco y negro,
Y luego refluye.
Cada día lo rellenas de sustancia anímica, como si fuese un cántaro.
Estás tan cansada.
Tu voz es mi pendiente,
Un murciélago deseoso de sangre, aleteando y chupando.
Eso es. Eso es.
Asomas la cabeza por la puerta,
Triste, endemoniada bruja. "Todas las mujeres son unas putas.
No logro comunicarme con nadie."
Veo cómo tu precioso decorado
Se cierra sobre ti como el puño de un bebé
O una anémona, esa querida
Del mar, esa cleptómana.
Yo aún estoy muy verde.
Te digo que tal vez vuelva.
Ya sabes para qué sirven las mentiras.
Pues tú y yo jamás nos reencontraremos, ni siquiera en tu cielo zen.
18 de octubre de 1962
[Traducció de
Xoán Abeleira]
Δ
Lesbo
Perversità in cucina!
Sibila il bollitore.
È tutto un Hollywood, sensa finestre,
La luce fluorescente ha crampi d'emicarqnia,
Al posto delle porte pudiche strisce di carta -
Tendine finte di scena, una frangetta da vedova.
E io
sono, amor mio, una bugiarda patologica,
E la mia
banbina -eccola, a faccia in giù sul pavimento,
Marionetta sensa più fili che scalcia per sparire -
È
proprio schizofrenica,
Panico è la sua faccia rossa e bianca,
Le hai sbatutti i gattini fuori della finestra
In una specie di pozzo di cemento
Dove lei non li
sente che cacano e vomitano e frgnano.
Tu dici che non
la sopporti,
bastarda d'una bambina.
Tu che hai
brucciato le tue valvole come una radio di scarto,
Libera da voci e da storia, i rumori
Di disturbo del nuovo.
Dici che quei gattini divrei affogarli. Che puzza!
E affogare acnhe la bambina.
Se è matta a due
anni, a dieci si taglia la gola.
Il pupo sorride,
lumacone paffuto,
Dalle lustre losanghe del linoleum aranciones.
Roba da mangiarselo. È un maschio
Dici
che tuo marito non vale unfico secco.
La sua mammona
ebrea gli sta di guardia al sesso come una perla.
Tu
hai un bambino, io ne ho due.
Seduta su uno scoglio in
Cornovaglia dovrei pettinarmi le chiome.
Vestirmi da
tigre. Avere una rela zione.
Dovremmo incontrarci
nell'aria, in altra vita e situazione,
Io e te.
Intanto c'è un fetore di grasso a cacca d'infante.
Io
sono drogata e intontita dall'ultimo tranquillante.
Fumo di pentole, fumo d'inferno,
Sommerge le nostre
teste, due opposti velenosi,
Le nostre ossa, i capelli.
Ti chiamo Orfana, orfana. Stai male.
Il sole ti dà
piaghe, il vento tbc.
Com'eri bella un dì.
A
Hollywood, a New York, ti dicevano gli uomini:
"Ehi
pupa sei uno schianto! Sei venuta?".
Tu
fingevi, fingevi, per dargli il nonsocché.
L'impotente
marito si avvia furoi al caffè.
Tento di farlo restare,
Vecchio parafulmine da parare
I bagni d'acido, i
cieli-in-piena riversantisi da te.
Greve lui scende il
pendio di plastica aciottolato,
Scassato tram che manda
scintille blu.
Le scintille piovono giù
In milioni
di pezzetti come quarzo frantumato.
O gioa! O tesoro!
Quella notte la luna
Trainava il suo sacco di sangue,
stracco
Animale
Sopra le luci della laguna.
E poi
diventò normale,
Dura e netta e bianca.
In
luccichìo di scaglie sulla sabbia m'impauriva da morire.
Ne prendemmo a manciate, l'amavamo,
Plamandola come
pasta, un corpo di mulatto,
In seriche focaccine.
Un
cane si aattaccò a quel poveraccio
Di tuo marito, e
lui tirà avanti.
Ora taccio, tutta odio,
Fino al
collo, fin qui,
D'uno spessore così.
Come vestiti
buoni impacco les dure patate.
Impacco i banbini.
Impacco i gattini malati.
O vaso di acido,
Tu sei
colma d'amore. E lo sai chi tu odî.
Con la sua palla
al piede lui va al cancello
Che dà sul mare
E il
mare ci va dentro, bianco e nero,
E il cancello lo
risputa intero.
Riempi lui ogni giorno di spiritualità
Come una brocca. Enon ce la fai più.
La tua voce è
un mio orecchino,
Sbatte e succhia, sanguinario
pipistrello.
È proprio quello. È quello.
Tu sbirci,
stanca ciabatta,
Dalla porta. "Ogni donna è una
vacca.
Comunicar non si può."
Cedo tutto il
tuo lindo perbenino
Che ti si chiude adoso come un
pugno di bambino
o un anemone, quello spasimante
Del
mare, quel cleptomane.
Io sono ancora cruda.
Ma ti
dico che forse tornerò.
Lo sai bene a che sirvono le
bugie.
Nemmeno nel tuo cielo Zen t'incontrerò.
[Traducció
de Giovanni Giudici]
Δ
The night
dances
A smile fell in the grass.
Irretrievable!
And how will your night dances
Lose themselves. In mathematics?
Such pure leaps and spirals-
Surely they travel
The world forever, I shall not entirely
Sit emptied of beauties, the gift
Qf your small breath, the drenched grass
Smell of your sleeps, lilies, lilies.
Their flesh bears no relation.
Cold folds of ego, the calla,
And the tiger, embellishing itself-
Spots, and a spread of hot petals.
The comets
Have such a space to cross,
Such coldness, forgetfulness.
So your gestures flake off-
Warm and human, then their pink light
Bleeding and peeling
Through the black amnesias of heaven.
Why am I given
These lamps, these planets
Falling like blessings, like flakes
Six-sided white
On my eyes, my lips, my hair
Touching and melting.
Nowhere.
Δ
Los
bailes nocturnos
Cayó una sonrisa en la hierba.
¡Irrecuperable!
¿Y cómo tus bailes nocturnos
van a perderse? ¿En las matemáticas?
Tales brincos y espirales puros...
De cierto que recorren
el mundo parra siempre; pero no quedaré
enteramente vacía de bellezas: el don
de tu pequeño aliento; el olor
a hierba empapada de tus dorrnires -azucenas, azucenas.
Incomparable es tu carne.
Fríos pliegues de ego: la cala
y la tigridia, que va embelleciéndose...
Manchas -y una expansión de pétalos calientes.
Los cometas
tienen tanto espacio que recorrer,
tanta frialdad, tanto olvido.
Así se pulverizan tus gestos:
cálidos y humanos; luego su luz rosada
que sangra y se desuella
al pasar por las negras amnesias del cielo.
¿Por qué me son dados
esas luminarias, esos planetas,
que caen como bendiciones, como copos
hexagonales, blancos,
en mis ojos, mis labios, mi cabello,
derritiéndose al contacto?
En ninguna parte.
[Traducció de Ramón Buenaventura]
Δ
Les danses de la nit
Um somriure cau a l'herba.
Irrecuperable!
I com es perdran les vostres
danses
nocturnes. En matemàtiques?
Salts tan purs i espirals,
sens dubte viatgen
pel món per sempre. No m'asseuré del tot
buida de bellesa, el do
del teu respir petit, l'herba xopa
olor del teu son, lliris, lliris.
La polpa no hi té cap relació.
Freds plecs de l'ego: lliri d'aigua,
i l'atigrat, embellint-se;
clapes, i un devessall de petals ardents.
Els cometes
tenen tant d'espai per travessar,
tanta fredor i oblit.
Així els vostres gestos es desprenen
càlids i humans, mentre la seva
llum rosada
sagna i s'espella
per les negres amnèsies del cel.
Per què se'm donen
aquests llums, aquests planetes
que em cauen com benediccions, com flocs
de sis cares, blancs
damunt els ulls, els llavis, els cabells,
els toquen i es fonen.
Enlloc.
[Traducció
de Montserrat Abelló i Mireia Mur]
Δ
Last
Words
I do not want a plain box, I want a sarcophagus
With tigery stripes, and a face on it
Round as the moon, to stare up.
I want to be looking at them when they come
Picking among the dumb minerals, the roots.
I see them already - the pale, star - distance faces.
Now they are nothing, they are not even babies.
I imagine them without fathers or mothers, like the first gods.
They will wonder if I was important.
I should sugar and preserve my days like fruit !
My mirror is clouding over
A few more breaths, and it will reflect nothing at all.
The flowers and the faces whiten to a sheet.
I do not trust the spirit. It escapes like steam
In dreams, through mouth-hole or eye-hole. I can't stop it.
One day it won't come back. Things aren't like that.
They stay, their little particular lustres
Warmed by much handling. They almost purr.
When the soles of my feet grow cold,
The blue eye of my turquoise will comfort me.
Let me have my copper cooking pots, let my rouge pots
Bloom about me like night flowers, with a good smell.
They will roll me up in bandages, they will store my heart
Under my feet in a neat parcel.
I shall hardly know myself. It will be dark,
And the shine of these small things sweeter than the face of Ishtar.
Δ
Últimas palabras
No quiero una caja sencilla, quiero un sarcófago
de atigradas listas y un rostro pintado, redondo
como la luna, que mire, quiero
estar mirándolo cuando lleguen, escogiendo
entre minerales mudos, raíces. Véolos
ya: los pálidos, astralmente distantes rostros.
Ahora no son nada, no son siquiera criaturas.
Imagínolos huérfanos, como los primeros dioses,
de padre y madre, se preguntarán si tuve importancia
¡Debí haber preservado mis días, como frutos, en azúcar!
Mi espejo se empaña:
unos pocos hálitos, y no reflejará ya nada.
Las flores y los rostros blanqueantes cual sábanas.
No confío en el espíritu. Huye como vapor en mis sueños,
por la boca o los ojos. No puedo impedírselo.
Un día se irá para no volver. Así no son las cosas.
Permanecen, sus luces idóneas se calientan
en mis manos frecuentes. Ronronean casi.
Cuando se enfrían las suelas de mis pies, los ojos azules,
mi turquesa, me darán solaz. Déjame
mis cacharros de cobre, déjame los cacharros de afeites,
que florezcan en torno a mí como flores nocturnas, aulentes.
Me envolverán en vendas, almacenarán mi corazón
bajo mis pies, bien envuelto.
Conoceréme a mí misma. Seré noche
y el relucir de tantas cosas será más dulce que el rostro de
Istar.
[Traducció
de Jesús Pardo en Sylvia Plath Antología, Visor, Madrid,
2003]
Δ
Últimas
palavras
Não quero um simples caixão, quero um sarcófago
Com rajas de tigre e um rosto em relevo,
Redondo como a lua, para fitar o alto.
Quero estar de olhos neles quando eles chegarem
Furando a mudez de minerais e raízes.
Estou a vê-los — caras de astros remotos, pálidas.
Agora não são nada, não são sequer bebês.
Eu os concebo sem pai nem mãe como os primeiros deuses.
Certamente indagarão se fui importante.
Como fruta me cristalizo e conservo meus dias!
Meu espelho está se embaçando —
Uns poucos alentos e ele nada reflete.
As flores e as faces ficam brancas de pano.
Não creio no espírito. Foge como vapor
Em sonhos, pelo furo da boca e dos olhos. Não o detenho.
Nem voltará
um dia. É o contrário das coisas.
Elas duram, o lustrozinho íntimo delas
Ainda morno de tanto manuseio. Titilando quase.
Quando as solas dos meus pés resfriarem,
O olho azul da minha turquesa me confortará.
Deixem comigo minhas caçarolas de cobre, deixem meus potes de rouge
Florirem em volta como flores da noite de bom perfume.
Embrulhar-me-ão
com bandagens e deporão meu coração
Aos meus pés em lindo pacote.
Eu não reconhecerei eu mesma. Tudo será turvo,
E o resplendor dessas coisinhas, mais doce que a face de Istar.
[Traducció al portuguès de Vinicius
Dantas]
Δ
Ultime parole
Non voglio una cassa qualunque,
voglio un sarcofago
con striature di tigre e una faccia dipinta
tonda come la luna, con gli occhi sgranati in su.
Voglio sembrare che li guardo quando verranno
a cavarmi fra ottusi minerali e radici.
Già li vedo – pallide facce, a una distanza astrale.
Adesso non sono nulla, non sono
nemmeno in fasce.
Li penso senza padri né madri, come
gli dei primigeni.
Si domanderanno se io sia stata
importante.
Dovrei come frutta candire e
conservare i miei giorni!
Il mio specchio si appanna –
Ancora qualche fiato e non
specchierà più niente del tutto.
I fiori e le facce sbiancano come un
lenzuolo.
Dello spirituale non mi fido.
Sguscia via come vapore
nei sogni, per le fessure della
bocca o degli occhi. Non posso
fermarlo, né mai tornerà. Ma non
così le cose.
Loro restano, con quel piccolo
brillio particolare,
da tante mani scaldato, con un
brusio di piacere.
Se avrò freddo alle piante dei piedi,
mi consolerà l’occhio azzurro del
mio turchese.
Siano con me le mie casseruole di
rame, i miei vasi di coccio
mi fioriscano intorno notturni fiori,
dal buon profumo.
Mi avvolgeranno nelle bende,
deporranno il mio cuore
sotto i miei piedi in un bel
pacchettino.
Non mi riconoscerò quasi. Sarà tutto
buio,
ma ci sarà il fulgore di questi
piccoli oggetti più dolce che il viso di Ishtar.
Δ
Polly's Tree
A dream tree, Polly's tree:
a thicket of sticks,
each speckled twig
ending in a thin-paned
leaf unlike any
other on it
or in a ghost flower
flat as paper and
of a color
vaporish as frost-breath,
more finical than
any silk fan
the Chinese ladies use
to stir robin's egg
air. The silver -
haired seed of the milkweed
comes to roost there, frail
as the halo
rayed round a candle flame,
a will-o'-the-wisp
nimbus, or puff
of cloud-stuff, tipping her
queer candelabrum.
Palely lit by
snuff-ruffed dandelions,
white daisy wheels and
a tiger faced
pansy, it glows. O it's
no family tree,
Polly's tree, nor
a tree of heaven, though
it marry quartz-flake,
feather and rose.
It sprang from her pillow
whole as a cobweb
ribbed like a hand,
a dream tree. Polly's tree
wears a valentine
arc of tear-pearled
bleeding hearts on its sleeve
and, crowning it, one
blue larkspur star.
Δ
Mussel
hunter at Rock Harbour
I carne before the water-
Colourists came to get the
Good of the Cape light that scours
Sand grit to sided crystal
And buffs and sleeks the blunt hulls
Of the three fishing smacks beached
On the bank of the river's
Backtracking raíl. I'd come for
Free fish-bait: the blue mussels
Clumped like bulbs at the grass-root
Margin of the tidal pools.
Dawn tide stood dead low. I smelt
Mud stench, shell guts, gulls' leavings;
Heard a queer crusty scrabble
Cease, and I neared the silenced
Edge of a cratered pool-bed
The mussels hung dull blue and
Conspicuous, yet it seemed
A sly world's hinges had swung
Shut against me. All held still.
Though I counted scant seconds,
Enough ates lapsed to win
Confidence of safe-conduct
In the wary otherworld
Eyeing me. Grass put forth claws;
Small mud knobs, nudged from under;
Displaced their domes as tiny
Knights might doff their casques. The crabs
Inched from their pygmy burrows
And from the trench-dug mud all
Camouflaged in mottled mail
Of browns and greens. Each wore one
Claw swollen to a shieid large
As itself—no fiddlers arm
Grown Gargantuan by trade,
But grown grimly, and grimly
Borne, for a use beyond my
Guessing of it. Sibilant
Mass-motived hordes, they sidled
out in a converging stream
Toward the pool-mouth, perhaps to
Meet the thin and sluggish thread
Of sea retracing its tide—
Way up the river-basin.
Or to avoid me. They moved
Obliqueiy with a dry-wet
Sound, with a gliterry wisp
And trickle. Could they feel mud
Pleasurable under claws
As I could between bare toes?
That question ended it — I
Stood shut out, for once, for all,
Puzzling the passage of their
Absolutely alien
Order as I might puzzle
At the clear tail o[ Halley's
Comet coolly giving my
Orbit the go-by, made known
By a family name it
Knew nothing of So the crabs
Went about their business, which
Wasn't fiddling, and I filled
A bit handkerchief with blue
Mussels. From what the crabs saw,
If they could see, I was one
Two-legged mussel-picket:
High on the airy thatching
Of the dense grasses I found
The husk of a fiddler-crab,
Intact, strangely strayed above
His world of lmud—green colour
And innards bleached and blown off
Somewhere by much sun and wind;
There was no telling if he'd
Died recluse or suicide
Or headstrong Columbus crab.
The crab-face, etched and set there,
Grimaced as skulls grimace: it
Had an Oriental look,
A samurai death mask done
On a tiger tooth, less for
Art's sake than God's. Far from
sea—
Where red-freckled crab-backs, claws
And whole crabs, dead, their soggy
Bellies pallid and upturned,
Perform their shambling waltzes
On the waves' dissolving turn
And return, losing themselves
Bit by bit to their friendly
Element-this relic saved
Face, to face to bald-faced sun.
Δ
La
mejillonera de Rock Harbour
Llegué antes de que los acuarelistas
captasen la enjundia
de la luz del Cabo que barre
cascajo contra cristal adherido
y pule y suaviza las romas conchas
de las tres barcas pesqueras varadas
en la orilla del plano desandado del río. Yo buscaba
tentadora carnada: mejillones azules
asidos como cebollas por la raíz
al borde de charcos de marea.
Bajísima marea auroral. Olí
fangoso hedor, bofes de conchas, excrementos
de gaviotas; oí curiosa, costrosa rebatiña cesar al acercarme al acallado borde
del fondo de un craterino charco.
Los mejillones, mortecinamente azules
y llamativos, parecían
ladinos goznes de un mundo
cerrado contra mí. Todo estaba inmóvil. Aunque conté escasos segundos,
cuantioso tiempo gasté en ganar
aplomo de salvoconducto
entre el submundo receloso
que me miraba. La hierba urdía garras;
botoncillos de fango, expulsados del fondo,
quitándose las cúpulas como
diminutos caballeros sus cascos. Los cangrejos
salían lentos de sus íntimos hoyos
y de fangosos canales, todos
camuflaban sus jaspeadas mallas
en pardos y verdes. Cada uno blandía
hinchada garra contra un escudo grande
cuanto él mismo: no era un brazo de broma
agigantado por la costumbre, mas cruelmente crecido y cruelmente
blandido, cuyo uso
yo no concebía. Sibilantes
hordas multiazuzadas sesgadas
en convergente torrente hacia
la boca del estanque, quizás hacia
el perezoso y tenue hilo
de mar desandando su ruta
fluvial camino arriba.
¿Querían evitarme? Avanzaban
sesgadamente, con acuoso antojo
y goteo. ¿Sentían el fango
gratamente bajo sus pinzas como yo entre mis dedos desnudos?
Pregunta que marcó el final: me aparté,
hermética, de una vez por todas,
suspensa al paso de sus filas
radicalmente extrañas
como suspendiérame
la clara cola del cometa Halley fríamente permitiendo pasar
mi órbita, revelada
por un apellido del que
él nada supiera. Y así los cangrejos
seguían su camino, que no era
casual o banal, y yo llené
mi pañolón de azules mejillones. Para los cangrejos,
si ver pudieran, yo sería
un mejillonero más. Entre la tupida
madeja herbosa encontré
la cáscara de un cangrejo, intacta,
extrañamente extraviada sobre su fangoso mundo, y verde,
blanqueados sus bofes, esparcidos
doquier por viento y sol;
¿cómo saber si muriera
virgen o suicida
o tercamente colombino?
Su rostro cangrejil, trazado en aguafuerte.
Muecas contra calaverinas muecas:
tenía aire oriental,
máscara de samurai tallada
en colmillo de tigre, por Dios
más que por el arte. Lejos del mar:
donde pecosos dorsos cangrejiles, garras,
cangrejos enteros, muertos, sus empapados, pálidos vientres vueltos boca arriba,
ejecutan patosos valses
sobre disolvente oleaje,
y vuelven, perdiéndose
pizca a pizca contra el afable
elemento: reliquia consoladora,
consuelo del sol rostricalvo.
[Traducció de Jesús Pardo
en
Sylvia Plath Antología, Visor, Madrid, 2003]
Δ
Ennui
Tea leaves thwart those who court catastrophe,
designing futures where nothing will occur:
cross the gypsy’s palm and yawning she
will still predict no perils left to conquer.
Jeopardy is jejune now: naïve knight
finds ogres out-of-date and dragons unheard
of, while blasé princesses indict
tilts at terror as downright absurd.
The beast in
Jamesian grove will never jump,
compelling hero’s dull career to crisis;
and when insouciant angels play God’s trump,
while bored arena crowds for once look eager,
hoping toward havoc, neither pleas nor prizes
shall coax from
doom’s blank door lady or tiger.
Δ
Tedio
Leer hojas de té desbarata al que se expone a la
catástrofe,
diseñando futuros donde nada ocurrirá:
pon una moneda en palma gitana y bostezando
pronosticará aun que no quedan peligros por conquistar.
El riesgo hoy es improductivo: el ingenuo caballero
halla que los ogros son obsoletos y los dragones
desconocidos, mientras hastiadas doncellas cuestionan
lances contra lo terrorífico por llanamente absurdos.
La bestia en el bosquecillo jamesiano nunca acosará,
condenando a crisis la opaca carrera de héroe;
y cuando ángeles indiferentes apuestan la baraja de Dios,
ya las aburridas plateas se muestran impacientes por fin,
ansiosas por ver estragos, ni súplicas ni premios
engatusarán dama o tigre de la puerta ciega de la perdición.
[Versión
libre de Andrew Graham-Yooll]
Δ
Poem for a birthday. The
stones
This is the city where men
are mended.
I lie on a great anvil.
The flat blue sky-circle
Flew off like the hat of a
doll
When I fell out of the light. I entered
The stomach of indifference, the wordless cupboard.
The mother of pestles
diminished me.
I became a still pebble.
The stones of the belly were peaceable,
The head-stone quiet,
jostled by nothing.
Only the mouth-hole piped out,
Importunate cricket
In a quarry of silences.
The people of the city heard it.
They hunted the stones, taciturn and separate,
The mouth-hole crying their
locations.
Drunk as a foetus
I suck at the paps of darkness.
The food tubes embrace me.
Sponges kiss my lichens away.
The jewelmaster drives his chisel to pry
Open one stone eye.
This is the after-hell: I
see the light.
A wind unstoppers the chamber
Of the ear, old worrier.
Water mollifies the flint
lip,
And daylight lays its sameness on the wall.
The grafters are cheerful,
Heating the pincers,
hoisting the delicate hammers.
A current agitates the wires
Volt upon volt. Catgut stitches my fissures.
A workman walks by carrying
a pink torso.
The storerooms are full of hearts.
This is the city of spare parts.
My swaddled legs and arms
smell sweet as rubber.
Here they can doctor heads, or any limb.
On Fridays the little children come
To trade their hooks for
hands.
Dead men leave eyes for others.
Love is the uniform of my bald nurse.
Love is the bone and sinew
of my curse.
The vase, reconstructed, houses
The elusive rose.
Ten fingers shape a bowl
for shadows.
My mendings itch. There is nothing to do.
I shall be good as new.
Δ
Poema para un cumpleaños. Las piedras
Esta es la ciudad donde arreglan a la gente.
Yo aguardo tendida sobre una gran bigornia.
El círculo del cielo azul mate
Voló como el sombrero de una muñeca
Cuando caí fuera de la luz. Entré
En el estómago de la indiferencia, en el armario silencioso.
La madre de los morteros me reduce.
Me transformo en un guijarro inmóvil.
Las piedras del vientre eran pacíficas,
La lápida muda, nada la zarandeaba.
Tan sólo el hueco de la boca rompió a sonar,
Grillo inoportuno
En una cantera de silencios.
Las gentes de la ciudad lo oyeron
Y, taciturnas, por separado, dieron caza a las piedras,
Mientras él les decía a gritos dónde se ocultaban.
Borracha como un feto,
Mamo los pechos de la oscuridad.
Las sondas me abrazan. Las esponjas me curan los líquenes
Con su beso. El maestro joyero hurga con su cincel
Y me labra un ojo de tigre.
Esto es el post infierno: ya veo la luz.
Un viento desatasca el pabellón
Del oído, ese viejo aprehensivo.
El agua ablanda el labio de sílex,
La luz del día esparce su mismidad por la pared.
Los injertadores están contentos,
Calientan las pinzas, empuñan sus delicados martillos.
La corriente sacude los cables,
Voltio tras voltio. El hilo sutura mis fisuras.
Un obrero pasa llevando mi torso rosado.
Los depósitos están llenos de corazones.
Esta es la ciudad de las piezas de repuesto.
Mis piernas y mis brazos vendados
Exhalan un olor dulzón, como a goma.
Aquí te curan la cabeza, cualquier miembro.
Los viernes vienen los niños a que les cambien sus garfios
Por manos, y los muertos ceden sus ojos a los demás.
Mi enfermera calva lleva el amor por uniforme.
El amor, carne y sangre de mi maldición.
El florero, reconstruido, alberga
La rosa esquiva.
Diez dedos conforman un cuenco para las sombras.
Me pican las costuras. Qué se le va a hacer.
Pronto estaré como nueva.
(1959)
[Traducció de
Xoán Abeleira]
Δ
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