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[Federico García Lorca]
El poeta pide a su amor que le escriba
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O poeta pede ao seu
amor que lhe escreva
El poeta pide a su amor que le escriba
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita,
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
[Sonetos del amor
oscuro]
O poeta pede ao seu
amor que lhe escreva
Amor de minhas entranhas, morte viva,
em vão espero tua palavra escrita
e penso, com a flor
que se murcha,
que se vivo sem mim quero perder-te.
O ar é imortal.
A pedra inerte
nem conhece a sombra nem a evita.
Coração interior não necessita
o mel gelado que a lua verte.
Porém eu
te sofri. Rasguei-me as veias,
tigre e pomba, sobre tua
cintura
em duelo de kordiscos e açucenas.
Enche, pois,
de palavras minha loucura
ou deixa-me viver em minha
serena
noite da alma para sempre
escura.
[Traducció de William Agel de Melo]
Soneto da carta
De meu âmago amor, viva morte,
em vão espero tua p'lavra escrita
e penso co'a flor que se debilita,
que se
vivo sem mim quero perder-te.
Inalcançável ar. A pedra
inerte
não reconhece a sombra nem
a evita.
Íntimo
coração não necessita
Do mel congelado que a lua verte.
Minhas veias rasguei. A
duras penas,
tigre
e pomba, sobre tua cintura
em luta de mordiscos e açucenas.
Cubra-me
de p'lavra minha loucura
ou deixa-me viver numa serena
noite de alma infinitamente escura.
[Tradução/transcriação de Adriano Nunes]
Sonetto della lettera
Amor di viscere, morte vivente,
l'attesa di un tuo scritto mi sfinisce,
e penso, con il fiore che marcisce,
di perderti se vivo con me assente.
L'aria è immortale e la pietra non sente,
non evita l'ombra ne' la conosce.
il cuor col ghiaccio più non si stordisce
del miele che la luna dà per niente.
Mi taglierò le vene, oh sofferenza,
tigre e colomba, sulla tua cintura,
tra morsi e gigli in lotta ed aspra danza.
Placami la pazzia con la scrittura,
o lasciami una calma penitenza
nella notte dell'anima più oscura.
La
luna gira en el cielo
sobre las tierras sin agua
mientras el verano siembra
rumores de tigre y llama.
Por encima de los techos
nervios de metal sonaban.
Aire rizado venía
con los balidos de lana.
La tierra se ofrece llena
de heridas cicatrizadas,
o estremecida de agudos
cauterios de luces blancas.
*
Thamar estaba soñando
pájaros en su garganta,
al son de panderos fríos
y cítaras enlunadas.
Su desnudo en el alero,
agudo norte de palma,
pide copos a su vientre
y granizo a sus espaldas.
Thamar estaba cantando
desnuda por la terraza.
Alrededor de sus pies,
cinco palomas heladas.
Amnón delgado y concreto,
en la torre la miraba
llenas las ingles de espuma
y oscilaciones la barba.
Su desnudo iluminado
se tendía en la terraza,
con un rumor entre dientes
de flecha recién clavada.
Amnón estaba mirando
la luna redondad y baja,
y vio en la luna los pechos
durísimos de su hermana.
*
Amnón a las tres y media
se tendió sobre la cama.
Toda la alcoba sufría
con sus ojos llenos de alas.
La luz maciza, sepulta
pueblos en la arena parda,
o descubre transitorio
coral de rosas y dalias.
Linfa de pozo oprimida,
brota silencio en las jarras.
En el musgo de los troncos
la cobra tendida canta.
Amnón gime por la tela
fresquísima de la cama.
Yedra del escalofrío
cubre su carne quemada.
Thamar entró silenciosa
en la alcoba silenciada,
color de vena y Danubio,
turbia de huellas lejanas.
-Thamar, bórrame los ojos
con tu fija madrugada.
Mis hilos de sangre tejen
volantes sobre tu falda.
-Déjame tranquila, hermano.
Son tus besos en mi espalda
avispas y vientecillos
en doble enjambre de flautas.
-Thamar, en tus pechos altos
hay dos peces que me llaman,
y en las yemas de tus dedos
rumor de rosa encerrada.
*
Los cien caballos del rey
en el patio relinchaban.
Solo en cubos resistia
la delgadez de la parra.
Ya la coge del cabello,
ya la camisa le rasga.
Corales tibios dibujan
arroyos en rubio mapa.
*
¿Oh, qué gritos se sentían
por encima de las casas!
Qué espesura de puñales
y túnicas desgarradas.
Por las escaleras tristes
esclavos suben y bajan.
Émbolos y muslos juegan
bajo las nubes paradas.
Alrededor de Thamar
gritan vírgenes gitanas
y otras recogen las gotas
de su flor martirizada.
Paños blancos enrojecen
en las alcobas cerradas.
Rumores de tibiia aurora
pámpanos y peces cambian.
*
Violador enfurecido,
Amnón huye con su jaca.
Negros le dirigen flechas
en los muros y atalayas.
Y cuando los cuatro cascos
eran cuatro resonancias,
David con unas tijeras
cortó las cuerdas del arpa.
[Romancero Gitano]
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